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Fometo de la competencia lingüística

Tomando como referencia el marco legislativo actual, especialmente el Marco Común Europeo de Referencia para la Enseñanza de las Lenguas, desde la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, tenemos el firme propósito de impulsar el protagonismo de la lectura como eje dinamizador para la mejora de la competencia en comunicación lingüística; entendida ésta como la capacidad de comunicarse de manera eficaz, mediante el lenguaje oral y escrito, en los distintos ámbitos de uso de la lengua, y, posibilitando, junto con las restantes competencias básicas, la realización individual de los alumnos, el desarrollo del aprendizaje de modo permanente y autónomo, la inclusión social y el ejercicio activo de la ciudadanía responsable.

 

Mediante el dominio del lenguaje, el alumno posee los mecanismos necesarios para la creación de su propia imagen y su mundo interior, para relacionarse con los demás y cooperar con ellos, para aprender de forma autónoma y para expresar e interpretar conceptos, pensamientos, sentimientos y hechos. Este dominio lingüístico desarrolla la habilidad para expresarse mediante discursos orales o escritos, así como para interactuar lingüísticamente de forma adecuada en la diversidad de contextos sociales y culturales del alumno.

 

Los cambios producidos en la sociedad se convierten en desafíos educativos que es preciso abordar, así el proceso de enseñanza‐aprendizaje se plantea desde una perspectiva más práctica y competencial (acorde con las pruebas PISA). La adquisición del hábito lector está intrínsecamente ligada a las nuevas formas de acceso a la información (TIC), al aprendizaje cooperativo, a la utilización de información con sentido crítico y como vía para adquirir conocimientos, precisándose una buena comprensión lectora para su desarrollo satisfactorio, así como la necesaria alfabetización digital.

 

El desarrollo de la competencia en comunicación lingüística debe plantearse de forma sistemática desde todas las áreas y materias. Dado que en todos los procesos de enseñanza‐aprendizaje se producen situaciones de intercambio comunicativo, en contextos diversos y en las distintas lenguas de aprendizaje, es necesario desarrollar las destrezas, conocimientos y actitudes necesarios para el uso eficaz del lenguaje como instrumento de relación social y de aprendizaje.

 

La mayor parte de los conocimientos se transmiten mediante el lenguaje, por ello, creemos que es necesario reflexionar sobre su aprendizaje, establecer procesos sistematizados, planificados, controlados y evaluados, con el fin de contribuir al desarrollo integrado de la competencia comunicativa en todo el currículo, así como del resto de las competencias básicas. Debemos diseñar estrategias, facilitar los recursos y materiales más adecuados para el desarrollo de la competencia en comunicación lingüística, y proporcionar sistemáticamente situaciones, en todas las áreas y materias en las que el alumnado tenga que leer, escuchar, escribir, hablar y conversar; ya que todos los procesos de aprendizaje están ligados a la lectura de textos, así como a las destrezas de comprensión y expresión oral y escrita.

 

Así mismo, debemos contemplar la concepción social de la persona que requiere una interacción comunicativa, lo que sitúa al diálogo como objeto de aprendizaje. La lectura dialógica promueve un diseño de variados contextos de comunicación, partiendo de los textos leídos y compartidos entre iguales o entre los distintos miembros de la comunidad educativa, que facilita la experimentación de interacciones comunicativas positivas, basadas en sus expectativas como lectores. Así, la práctica de la lectura dialógica, basada en la interpretación intersubjetiva de la lectura mediante el diálogo, refuerza el proceso cognitivo individual, la comprensión lectora, la reflexión crítica y el conocimiento literario; por consiguiente, favorece la mejora significativa de la competencia en comunicación lingüística, así como la participación y transformación personal y social.

 

 

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